Cuando necesitamos financiación para nuestra empresa para poder realizar una inversión, lo que tratamos de conseguir es que el coste sea el más bajo posible, por ello, es importante analizar detenidamente los diferentes tipos de financiación con los que contamos.
A través de este artículo vamos a aclarar en qué consisten exactamente el préstamo, el leasing y el renting.
Préstamo
Mediante el contrato de préstamo, la entidad financiera nos entrega una cantidad de dinero, y tenemos que devolverla de manera periódica junto con los intereses que nos cobre por la operación.
Al solicitar financiación, hay que fijarse muy bien en el tipo de intereses que nos van a cobrar, si la operación lleva algún coste asociado y si nos piden que contratemos también algún tipo de seguro.
Diferencias entre crédito y préstamo
Muchas veces confundimos estos dos tipos de financiación y realmente son muy diferentes. Vamos a explicar de manera muy sencilla las principales diferencias en cuanto a:
- Uso: el crédito se pide para financiar la compra de productos de menor valor, por ejemplo, pedimos un crédito porque necesitamos comprar ordenadores, mobiliario, etc… En el préstamo, lo que se financia es un bien específico, por ejemplo, la compra de un local o vivienda.
- Tiempo: el crédito suele ser de corta duración, mientras que con el préstamo pueden llegar a concedernos hasta 40 años para su devolución.
- Cantidad: cuando nos conceden el crédito, la cantidad es muy inferior y podemos utilizarlo para lo que queramos. Sin embargo, con el préstamo hay que justificar para que bien o servicio lo vamos a utilizar.
- Intereses: con el crédito pagamos más intereses que con el préstamo.
Lo más habitual es que las empresas solicitemos créditos en lugar de préstamos, ya que a veces se necesita liquidez inmediata y no sabemos exactamente cuánto vamos a necesitar.
Leasing
En este caso, nuestra empresa va a utilizar el bien durante un tiempo determinado pagando cuotas mensuales por él. Al final, tendremos la posibilidad de comprarlo.
La propiedad del bien pertenece a la entidad financiera hasta que abonemos la última cuota. En ese momento, la empresa decide si compra el bien pagando una determinada cantidad por él, renueva el contrato o lo devuelve.
Todos los gastos de utilización del bien corren por nuestra cuenta.
Debemos saber que la cuota de amortización es un gasto tributario, lo que supone una importante ventaja fiscal.
Si necesitas un modelo de contrato de leasing pincha aquí.
Renting
El renting es un tipo de financiación que consiste en un alquiler a largo plazo de bienes.
Abonando una cuota mensual tendremos derecho al uso y disfrute del bien durante el plazo establecido. A diferencia del leasing, aquí si que se encuentran incluidos en la cuota una serie de servicios. Por ejemplo, en el caso de vehículos adquiridos para nuestros trabajadores, se encuentra incluido el seguro, mantenimiento, impuestos, reparaciones, vehículo de sustitución si el alquilado se encuentra en el taller, etc…
En este tipo de financiación, las cuotas pagadas también son consideradas como gasto, lo cual nos supondrá un importante ahorro fiscal.
Si quieres descargarte un modelo de contrato de renting pincha en el siguiente enlace.
Consejos para solicitar financiación
Si quieres tener claro cuánto vas a pagar mientras te encuentres amortizando el préstamo y cuál va a ser el coste total al finalizar el contrato, vas a tener que realizar muchas cuentas y revisar detenidamente los cuadros de amortización.
Por eso, te recomendamos acudir a labconfis para que te asesoremos de manera personalizada sobre cuál es el tipo de financiación más adecuado a las circunstancias de tu empresa y así pagar el menor número posible de intereses.
Si quieres ir sobre seguro y no correr ningún tipo de riesgo, te aconsejamos acudir al Renting porque sabrás de antemano cuál va a ser el coste máximo a abonar. No obstante, es conveniente siempre ponerse en manos de profesionales.
Tipos de financiación es un artículo creado por Patricia Esquiliche para labconfis.es
Imagen | Rodrigo Fernández
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